No era normal. No puede ser que Japón no disputará ni una sola final en 3 días. No puede ser que el bronce fuera el techo de la mayor potencia del judo mundial. No podía ser que no hubiéramos escuchado aun el himno nippon. Y tenía que ser Ono el que devolviera el equilibrio a nuestro deporte.

Pero vamos con un nuevo día de la marmota… levantarse, desayunar, paseíllo hasta el Carioca 2, controles (me preguntan por enésima sobre el monopie de la cámara, por si es un arma), mas controles, y a mi esquinita a esperar que empiece la guerra. Como el Sr Lozano me hace llegar 2 horas antes de que empiece la competición, tenemos un largo rato para trastear por el pabellón, y encontrarnos con Ono y Matsumoto subiendo a inspeccionar el tatatmi, paseándose mirando donde pisan sus pies, casi “susurrándole al tatami”… curiosa imagen que habíamos visto en algún mundial, pero no en el tatami de Rio.

Luego, fuimos nosotros los que pisamos ese tatami, para la foto al equipo arbitral junto al logo de los Juegos. De ahí, fotos a las eliminatorias… sorpresas pero sin grandes incidentes … todo estaba en su sitio, Japón en semifinales, Orujov cumpliendo en su lado y Silva por el suyo. Así sería la brasileña la que permitió liberar todo la pasión de la “torcida carioca”, al conseguir la primera medalla para el país anfitrión, y encima, de oro. Mientras en la categoría masculina, Ono se paseaba, con esa aura de saberse mejor que todos los demás (no te preocupes Pablo, que ya he hablado con él).

Las medallas, una batalla con las televisiones y la p#%& jirafa, todos los fotógrafos tirados por los suelos, porque si te cruzas en la trayectoria de las cámaras de TV, te eliminan del juego… así que imaginación al poder… Telma tuvo que hacer peripecias y agacharse para poderme enseñar la medalla, Ono no nos hizo ni caso (que hacen ese montón de fotógrafos tirados por los suelos, pensaría)… pero así son los Juegos… esperemos que mañana encontremos una solución mejor. Ahora a descansar, que mañana llegamos al ecuador de la competición y esto empieza a hacerse duro.
 
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